Las bóvedas de la parroquia de Santa María, de reciente restauración, es un lugar impresionante por su amplía dimensión e intrincada arquitectura. El cura José Antonio Lasa nos invitó a visitarlo y nos contó muchas anécdotas relacionadas con el lugar. Fue un lugar de trabajo para los mayores y de juego y bromas para los niños. Lasa recordaba como de pequeño tiraba piedrecillas desde los orificios de las bóvedas a los feligreses que se encontraban metros abajo.